Fue una clara tarde, triste y soñolienta
tarde de verano. La hiedra asomaba
al muro del parque, negra y polvorienta...
tarde de verano. La hiedra asomaba
al muro del parque, negra y polvorienta...
La fuente sonaba.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abriose la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
golpeó el silencio de la tarde muerta.
En el solitario parque, la sonora
copia borbollante del agua cantora
me guió a la fuente. La fuente vertía
sobre el blanco mármol su monotonía.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abriose la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
golpeó el silencio de la tarde muerta.
En el solitario parque, la sonora
copia borbollante del agua cantora
me guió a la fuente. La fuente vertía
sobre el blanco mármol su monotonía.
La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano,
un sueño lejano mi canto presente?
Fue una tarde lenta del lento verano.
un sueño lejano mi canto presente?
Fue una tarde lenta del lento verano.
Respondí a la fuente:
No recuerdo, hermana,
mas sé que tu copla presente es lejana.
No recuerdo, hermana,
mas sé que tu copla presente es lejana.
Fue esta misma tarde: mi cristal vertía
como hoy sobre el mármol su monotonía.
¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares,
que ves, sombreaban los claros cantares
que escuchas. Del rubio color de la llama,
el fruto maduro pendía en la rama,
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?...
Fue esta misma lenta tarde de verano.
como hoy sobre el mármol su monotonía.
¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares,
que ves, sombreaban los claros cantares
que escuchas. Del rubio color de la llama,
el fruto maduro pendía en la rama,
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?...
Fue esta misma lenta tarde de verano.
—No sé qué me dice tu copla riente
de ensueños lejanos, hermana la fuente.
de ensueños lejanos, hermana la fuente.
Yo sé que tu claro cristal de alegría
ya supo del árbol la fruta bermeja;
yo sé que es lejana la amargura mía
que sueña en la tarde de verano vieja.
ya supo del árbol la fruta bermeja;
yo sé que es lejana la amargura mía
que sueña en la tarde de verano vieja.
Yo sé que tus bellos espejos cantores
copiaron antiguos delirios de amores:
mas cuéntame, fuente de lengua encantada,
cuéntame mi alegre leyenda olvidada.
copiaron antiguos delirios de amores:
mas cuéntame, fuente de lengua encantada,
cuéntame mi alegre leyenda olvidada.
—Yo no sé leyendas de antigua alegría,
sino historias viejas de melancolía.
sino historias viejas de melancolía.
Fue una clara tarde del lento verano...
Tú venías solo con tu pena, hermano;
tus labios besaron mi linfa serena,
y en la clara tarde dijeron tu pena.
Tú venías solo con tu pena, hermano;
tus labios besaron mi linfa serena,
y en la clara tarde dijeron tu pena.
Dijeron tu pena tus labios que ardían;
la sed que ahora tienen, entonces tenían.
la sed que ahora tienen, entonces tenían.
—Adiós para siempre la fuente sonora,
del parque dormido eterna cantora.
Adiós para siempre; tu monotonía,
fuente, es más amarga que la pena mía.
del parque dormido eterna cantora.
Adiós para siempre; tu monotonía,
fuente, es más amarga que la pena mía.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruïdo abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
sonó en el silencio de la tarde muerta.
con agrio ruïdo abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
sonó en el silencio de la tarde muerta.
Fue una clara tarde, triste y soñolienta
tarde de verano. La hiedra asomaba
al muro del parque, negra y polvorienta...
tarde de verano. La hiedra asomaba
al muro del parque, negra y polvorienta...
La fuente sonaba.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abriose la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
golpeó el silencio de la tarde muerta.
En el solitario parque, la sonora
copia borbollante del agua cantora
me guió a la fuente. La fuente vertía
sobre el blanco mármol su monotonía.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abriose la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
golpeó el silencio de la tarde muerta.
En el solitario parque, la sonora
copia borbollante del agua cantora
me guió a la fuente. La fuente vertía
sobre el blanco mármol su monotonía.
La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano,
un sueño lejano mi canto presente?
Fue una tarde lenta del lento verano.
un sueño lejano mi canto presente?
Fue una tarde lenta del lento verano.
Respondí a la fuente:
No recuerdo, hermana,
mas sé que tu copla presente es lejana.
No recuerdo, hermana,
mas sé que tu copla presente es lejana.
Fue esta misma tarde: mi cristal vertía
como hoy sobre el mármol su monotonía.
¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares,
que ves, sombreaban los claros cantares
que escuchas. Del rubio color de la llama,
el fruto maduro pendía en la rama,
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?...
Fue esta misma lenta tarde de verano.
como hoy sobre el mármol su monotonía.
¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares,
que ves, sombreaban los claros cantares
que escuchas. Del rubio color de la llama,
el fruto maduro pendía en la rama,
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?...
Fue esta misma lenta tarde de verano.
—No sé qué me dice tu copla riente
de ensueños lejanos, hermana la fuente.
de ensueños lejanos, hermana la fuente.
Yo sé que tu claro cristal de alegría
ya supo del árbol la fruta bermeja;
yo sé que es lejana la amargura mía
que sueña en la tarde de verano vieja.
ya supo del árbol la fruta bermeja;
yo sé que es lejana la amargura mía
que sueña en la tarde de verano vieja.
Yo sé que tus bellos espejos cantores
copiaron antiguos delirios de amores:
mas cuéntame, fuente de lengua encantada,
cuéntame mi alegre leyenda olvidada.
copiaron antiguos delirios de amores:
mas cuéntame, fuente de lengua encantada,
cuéntame mi alegre leyenda olvidada.
—Yo no sé leyendas de antigua alegría,
sino historias viejas de melancolía.
sino historias viejas de melancolía.
Fue una clara tarde del lento verano...
Tú venías solo con tu pena, hermano;
tus labios besaron mi linfa serena,
y en la clara tarde dijeron tu pena.
Tú venías solo con tu pena, hermano;
tus labios besaron mi linfa serena,
y en la clara tarde dijeron tu pena.
Dijeron tu pena tus labios que ardían;
la sed que ahora tienen, entonces tenían.
la sed que ahora tienen, entonces tenían.
—Adiós para siempre la fuente sonora,
del parque dormido eterna cantora.
Adiós para siempre; tu monotonía,
fuente, es más amarga que la pena mía.
del parque dormido eterna cantora.
Adiós para siempre; tu monotonía,
fuente, es más amarga que la pena mía.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruïdo abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
sonó en el silencio de la tarde muerta.
con agrio ruïdo abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
sonó en el silencio de la tarde muerta.
LA TARDE. VI
RESUMEN:
El poeta se dirige a un parque conocido y
entabla un diálogo con la fuente Ésta
intenta que el poeta recuerde otra tarde similar en la que él estuvo allí hace
ya algún tiempo. El autor por un momento piensa que la fuente está hablando
de alguna bonita historia de amor. Sin
embargo, la fuente sólo recuerda historias de soledad y de pena. Machado se
enfada al constatar que su amargura es vieja y se va del lugar diciéndole a la
fuente que su monotonía es peor que aquélla.
TEMA:
La evocación de un momento pasado ante
circunstancias similares a las actuales.
ESTRUCTURA:
Podemos dividir el poema en tres partes.
La primera desde que el poeta va
aproximándose al parque hasta que llega a la fuente (12 primeros versos). La
segunda es un diálogo con ella (versos 13 a 48). La tercera es una vuelta al principio
(cuatro últimos versos). La estructura es, pues, cíclica.
COMENTARIO:
Machado nos habla en este poema de un tema
muy característico de su primer libro, Soledades, su melancolía; melancolía que
en este caso no podemos precisar exactamente a qué se debe, pero sí sabemos que
es vieja en él.
Representativos también de su primera
época, modernista, son: la tarde, la fuente y el parque. Es un parque muy de la
época, muy de Verlaine, y era frecuente suspirar en esos jardines, mostrar la
nostalgia modernista heredada de los románticos. La tarde de verano, calurosa,
propicia asimismo la melancolía.
Los versos utilizados responden igualmente
al gusto modernista: dodecasílabos y algún hexasílabo, con rima consonante, en
pareados o en forma ABAB. Recordemos
que estos versos fueron utilizados por los modernistas por imitación de la
literatura francesa.
Es un poema muy lírico en el que Machado
para descubrirnos sus pensamientos ha recurrido a la personificación de la
fuente para poder entablar un diálogo con ella, ha dramatizado el monólogo
interior para que le sirva de interlocutora.
El poema empieza situándonos en una tarde
triste de verano. Al principio el poeta
se encuentra en el exterior del parque (“la hiedra asomaba”, “la fuente
sonaba”). A medida que avanzamos, él
también lo hace hacia el interior del parque (abre la cancela, el ruido del
agua le lleva hasta la fuente).
Se entabla el diálogo con la fuente. Ésta
insiste en que el poeta recuerde, de ahí las repeticiones de “¿Recuerdas,
hermano?“; insiste también en que las circunstancias ambientales eran las
mismas : “fue esta misma tarde”, fue esta misma lenta tarde”, “fue una clara
tarde del lento verano”. Aquí podemos apreciar el contraste entre el “fue”
(expresa tiempo pasado y acción terminada) y el uso de “esta misma tarde”
(tiempo presente). Contraste que aparece también en “¿Te recuerda, hermano, / un
sueño lejano mi canto presente?” y que se explica porque el momento
es igual al pasado y los sentimientos del poeta son los mismos que tenía
entonces: “la sed que ahora tienen, entonces tenían”. Destacar aquí también la contraposición
entre leyendas (sucesos no comprobados) e historias (hechos comprobados). Por
último, el poeta que por momentos se había hecho la ilusión de que esos
recuerdos eran leyendas alegres, vuelve a alejarse de allí enfadado por las
“historias viejas de melancolía” que le cuenta la fuente.
El ritmo del poema es lento, debido a las
constantes repeticiones que el poeta usa; lentitud que se corresponde
perfectamente con la larga tarde de
verano, con su monotonía.
La adjetivación es abundante. La tarde es
triste y soñolienta; la hiedra, negra y polvorienta; el parque, solitario; la
copla, borbollante; el agua, cantora; el mármol, blanco (epíteto); el fruto,
maduro; la fruta, bermeja; los bellos espejos,
cantores; la linfa, serena, etc. Adjetivación que es asimismo
característica modernista y que obedece también al estilo nominal de Machado:
uso abundante de adjetivos y nombres y escasez de verbos.
Los recursos estilísticos utilizados son
numerosos, como corresponde también a los textos modernistas, en los que se
busca especialmente la belleza formal, aunque como podemos apreciar aquí, a
Machado no le interesa sólo la forma, sino que le importa más expresar sus
sentimientos, respondiendo así a un modernismo más intimista.
Entre las figuras utilizadas destacamos:
La personificación de la fuente: dialoga
con él; tiene lengua (“fuente de lengua encantada”); su copla es riente, es tratada como hermana, tratamiento que está
indicando una familiaridad entre ellos.
Las metáforas: “la sonora /copla
borbollante del agua cantora” = el ruido del agua. “Mi cristal” = agua. “Del
rubio color de la llama,/ el fruto maduro pendía en la rama”= los limones
amarillos. “Yo sé que tu claro cristal de alegría/ ya supo del árbol la fruta
bermeja”= la fuente ya ha saboreado los limones que se han caído a su fondo al
madurar; la fuente ha realizado su sueño, conseguir que los limones no sólo
estén reflejados en sus aguas, sino que estén en ellas. Machado, sin embargo,
no ha conseguido el suyo, cualquiera que fuese, posiblemente alguna historia
amorosa:“La sed que ahora tienen, entonces tenían”.
La aliteración que se produce en los
versos “Rechinó en la vieja cancela mi llave; con agrio ruido abriose la
puerta/ de hierro mohoso y, al cerrarse, grave/ golpeó el silencio de la tarde
muerta”. Aliteración de los fonemas /r/, /r/, /o/, lo que contribuye al efecto del ruido del que se está hablando.
En la copla borbollante tenemos una
onomatopeya, es decir, la palabra reproduce el sonido del agua. Tanto la
aliteración como la onomatopeya contribuyen a la musicalidad, también
característica modernista. Lo mismo sucede con las anáforas (“Fue una clara tarde, fue una tarde lenta,
fue esta misma tarde, fue una clara tarde”; “yo sé que tu claro, yo sé que tus
bellos, yo no sé”) y con la anadiplosis : “y en la clara tarde dijeron tu pena/
dijeron tu pena…”
Otra de las figuras más representativas del
Modernismo, la sinestesia, la encontramos también aquí : “con agrio ruido”
Paralelismos o quiasmos: un sueño lejano
mi canto presente; fue una tarde lenta del lento verano; los mirtos talares, /
que ves, sombreaban los claros cantares/ que escuchas”; “fuente de lengua encantada/ leyendas de
antigua alegría”; “fuente sonora/ del parque dormido eterna cantora”, etc.
Estos paralelismos contribuyen, como ya hemos dicho antes, a imprimir un ritmo
lento al poema.
En resumen, el texto responde muy bien a
las características modernistas propias de una primera etapa machadiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario