Las campanas del
convento…
Las campanas del convento
están
rezando hacia el sol;
frente
al convento están rosas
los
árboles del amor.
La iglesia envía un aroma
de
incienso y de corazón,
el
aire es cantar de fuentes,
olor
de rosas de olor.
Las campanas del convento
están
llorando hacia el sol;
el
sol de abril hace risa
la
estela de la oración.
-Letanías, plata y lirios…
¡fuente,
beso y ruiseñor!
Voz
de ensueño, gloria abierta…,
¡madrigal
y tentación!
--Aroma de carne en gracia…,
¡olor
de novias en flor!
…Sobre
el convento sombrío
es rosa el sol
español.
LAS CAMPANAS DEL CONVENTO...
RESUMEN
El poeta nos habla del
conflicto entre la pureza (representada por el convento) y el amor y la
sensualidad (representados por el árbol
del amor). Todo el poema responde a la contraposición entre ambos conceptos, lo
que va variando son los símbolos utilizados.
TEMA
El
conflicto entre la castidad y el amor carnal.
ORGANIZACIÓN DE IDEAS
En
cuanto al sentido, el poema no presenta ninguna división, todo él forma una
unidad. En cuanto a la forma, se observa
que las dos últimas estrofas tienen guiones, como si estuvieran dialogadas;
además en ellas el poeta se refiere a la castidad y al amor en versos alternativos,
mientras que en las restantes dedicaba los dos primeros versos a un símbolo y
los dos siguientes, al otro.
COMENTARIO
El
poema consta de cuatro coplas (cuatro versos octosílabos con rima asonante en
los pares). Tanto la estrofa como el empleo de la asonancia están más cercanos
a la poesía popular que a las preferencias modernistas.
Comienza Juan Ramón presentándonos una
contraposición entre el convento, cuyas
campanas, símbolos de oración, rezan y los árboles del amor cuyas flores están
rosas, con este adjetivo el poeta se refiere seguramente a que están dispuestos
a experimentar el amor. La iglesia desprende olor de devoción (aroma de
incienso y de corazón); el aire trae sonidos de fuentes y perfume de rosas de
olor. Tanto la fuente como las rosas están simbolizando el amor carnal. Estos
versos resultan muy modernistas por las referencias a los sentidos. La
epanadiplosis (olor de rosas de olor) no hace sino acentuar la sensación
olfativa.
La
antítesis entre uno y otro elemento es ahora más evidente, si cabe, ya que las
campanas del convento lloran y el sol se ríe, es decir, transforma en risa la
retahíla de la oración. El sol se nos muestra como un elemento vitalista.
Aparecen
ahora las letanías, la plata y los lirios. Las plegarias son frecuentes en la
iglesia, igual que los ornamentos de plata y los lirios, estos dos últimos,
además por su color (el blanco) connotan pureza. Frente a ellos la fuente, el
beso y el ruiseñor como elementos sensuales. La voz de ensueño de las letanías y
la gloria abierta para la pureza; es decir, el tercer verso se corresponde con
el primero y el cuarto, madrigal y tentación con el segundo.
En
la última estrofa continúa la contraposición entre pureza y sensualidad, parece
que triunfa ésta sobre aquélla. Continúa con los paralelismos antitéticos en
los dos primeros versos (el aroma de los cuerpos virginales, puros, frente al
olor de la sensualidad de las novias). Por fin parece triunfar el placer,
puesto que sobre el convento sombrío el sol vuelve a ser rosa- nótese de nuevo
la antítesis entre los adjetivos; el vitalismo, el placer, la sensualidad del
pueblo español acaban triunfando sobre su religiosidad y su pureza.
En
resumen, destacan en el poema los símbolos usados por el poeta: el color rosa,
los árboles del amor, la fuente, el sol, el ruiseñor… para indicar la sensualidad; el blanco, el
convento, las campanas, las letanías, la
plata, los lirios… para la pureza. El lenguaje utilizado es sencillo, pero no
faltan las figuras retóricas entre las que destacan la metáfora (los árboles
del amor, el aire es cantar de fuentes, olor de novias en flor); la
contraposición sobre la que está basada todo el poema; la personificación (las campanas rezan o lloran,
el sol se ríe); o la epanadiplosis (olor de rosas de olor). Responden estos
versos a la temática del libro al que pertenecen, Jardines lejanos, en el que
aparece el conflicto erótico de Juan Ramón: la oposición entre el amor sexual y
la virginidad o pureza.
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