domingo, 20 de enero de 2019

Comentario de "La tarde", de Antonio Machado









Fue una clara tarde, triste y soñolienta
tarde de verano. La hiedra asomaba
al muro del parque, negra y polvorienta...
La fuente sonaba.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abriose la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
golpeó el silencio de la tarde muerta.
En el solitario parque, la sonora
copia borbollante del agua cantora
me guió a la fuente. La fuente vertía
sobre el blanco mármol su monotonía.
La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano,
un sueño lejano mi canto presente?
Fue una tarde lenta del lento verano.
Respondí a la fuente:
No recuerdo, hermana,
mas sé que tu copla presente es lejana.
Fue esta misma tarde: mi cristal vertía
como hoy sobre el mármol su monotonía.
¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares,
que ves, sombreaban los claros cantares
que escuchas. Del rubio color de la llama,
el fruto maduro pendía en la rama,
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?...
Fue esta misma lenta tarde de verano.
—No sé qué me dice tu copla riente
de ensueños lejanos, hermana la fuente.
Yo sé que tu claro cristal de alegría
ya supo del árbol la fruta bermeja;
yo sé que es lejana la amargura mía
que sueña en la tarde de verano vieja.
Yo sé que tus bellos espejos cantores
copiaron antiguos delirios de amores:
mas cuéntame, fuente de lengua encantada,
cuéntame mi alegre leyenda olvidada.
—Yo no sé leyendas de antigua alegría,
sino historias viejas de melancolía.
Fue una clara tarde del lento verano...
Tú venías solo con tu pena, hermano;
tus labios besaron mi linfa serena,
y en la clara tarde dijeron tu pena.
Dijeron tu pena tus labios que ardían;
la sed que ahora tienen, entonces tenían.
—Adiós para siempre la fuente sonora,
del parque dormido eterna cantora.
Adiós para siempre; tu monotonía,
fuente, es más amarga que la pena mía.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruïdo abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
sonó en el silencio de la tarde muerta.

Fue una clara tarde, triste y soñolienta
tarde de verano. La hiedra asomaba
al muro del parque, negra y polvorienta...
La fuente sonaba.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abriose la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
golpeó el silencio de la tarde muerta.
En el solitario parque, la sonora
copia borbollante del agua cantora
me guió a la fuente. La fuente vertía
sobre el blanco mármol su monotonía.
La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano,
un sueño lejano mi canto presente?
Fue una tarde lenta del lento verano.
Respondí a la fuente:
No recuerdo, hermana,
mas sé que tu copla presente es lejana.
Fue esta misma tarde: mi cristal vertía
como hoy sobre el mármol su monotonía.
¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares,
que ves, sombreaban los claros cantares
que escuchas. Del rubio color de la llama,
el fruto maduro pendía en la rama,
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?...
Fue esta misma lenta tarde de verano.
—No sé qué me dice tu copla riente
de ensueños lejanos, hermana la fuente.
Yo sé que tu claro cristal de alegría
ya supo del árbol la fruta bermeja;
yo sé que es lejana la amargura mía
que sueña en la tarde de verano vieja.
Yo sé que tus bellos espejos cantores
copiaron antiguos delirios de amores:
mas cuéntame, fuente de lengua encantada,
cuéntame mi alegre leyenda olvidada.
—Yo no sé leyendas de antigua alegría,
sino historias viejas de melancolía.
Fue una clara tarde del lento verano...
Tú venías solo con tu pena, hermano;
tus labios besaron mi linfa serena,
y en la clara tarde dijeron tu pena.
Dijeron tu pena tus labios que ardían;
la sed que ahora tienen, entonces tenían.
—Adiós para siempre la fuente sonora,
del parque dormido eterna cantora.
Adiós para siempre; tu monotonía,
fuente, es más amarga que la pena mía.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruïdo abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
sonó en el silencio de la tarde muerta.




                                   LA TARDE. VI 
RESUMEN:
     El poeta se dirige a un parque conocido y entabla un diálogo  con la fuente Ésta intenta que el poeta recuerde otra tarde similar en la que él estuvo allí hace ya algún tiempo. El autor por un momento piensa que la fuente está hablando de  alguna bonita historia de amor. Sin embargo, la fuente sólo recuerda historias de soledad y de pena. Machado se enfada al constatar que su amargura es vieja y se va del lugar diciéndole a la fuente que su monotonía es peor que aquélla.

TEMA:
      La evocación de un momento pasado ante circunstancias similares a las actuales.

ESTRUCTURA:
     Podemos dividir el poema en tres partes. La primera  desde que el poeta va aproximándose al parque hasta que llega a la fuente (12 primeros versos). La segunda es un diálogo con ella (versos 13 a 48). La tercera es una vuelta al principio (cuatro últimos versos). La estructura es, pues, cíclica.

COMENTARIO:
     Machado nos habla en este poema de un tema muy característico de su primer libro, Soledades, su melancolía; melancolía que en este caso no podemos precisar exactamente a qué se debe, pero sí sabemos que es vieja en él.
     Representativos también de su primera época, modernista, son: la tarde, la fuente y el parque. Es un parque muy de la época, muy de Verlaine, y era frecuente suspirar en esos jardines, mostrar la nostalgia modernista heredada de los románticos. La tarde de verano, calurosa, propicia asimismo la melancolía.
     Los versos utilizados responden igualmente al gusto modernista: dodecasílabos y algún hexasílabo, con rima consonante, en pareados o en forma ABAB. Recordemos que estos versos fueron utilizados por los modernistas por imitación de la literatura francesa.
    Es un poema muy lírico en el que Machado para descubrirnos sus pensamientos ha recurrido a la personificación de la fuente para poder entablar un diálogo con ella, ha dramatizado el monólogo interior para que le sirva de interlocutora.
     El poema empieza situándonos en una tarde triste de verano. Al  principio el poeta se encuentra en el exterior del parque (“la hiedra asomaba”, “la fuente sonaba”). A medida que  avanzamos, él también lo hace hacia el interior del parque (abre la cancela, el ruido del agua le lleva hasta la fuente).
     Se entabla el diálogo con la fuente. Ésta insiste en que el poeta recuerde, de ahí las repeticiones de “¿Recuerdas, hermano?“; insiste también en que las circunstancias ambientales eran las mismas : “fue esta misma tarde”, fue esta misma lenta tarde”, “fue una clara tarde del lento verano”. Aquí podemos apreciar el contraste entre el “fue” (expresa tiempo pasado y acción terminada) y el uso de “esta misma tarde” (tiempo presente). Contraste que aparece también en “¿Te recuerda, hermano, / un sueño lejano mi canto presente?” y que se explica porque el momento es igual al pasado y los sentimientos del poeta son los mismos que tenía entonces: “la sed que ahora tienen, entonces tenían”. Destacar aquí también la contraposición entre leyendas (sucesos no comprobados) e historias (hechos comprobados). Por último, el poeta que por momentos se había hecho la ilusión de que esos recuerdos eran leyendas alegres, vuelve a alejarse de allí enfadado por las “historias viejas de melancolía” que le cuenta la fuente.
     El ritmo del poema es lento, debido a las constantes repeticiones que el poeta usa; lentitud que se corresponde perfectamente con la  larga tarde de verano, con su monotonía.
     La adjetivación es abundante. La tarde es triste y soñolienta; la hiedra, negra y polvorienta; el parque, solitario; la copla, borbollante; el agua, cantora; el mármol, blanco (epíteto); el fruto, maduro; la fruta, bermeja; los bellos espejos,  cantores; la linfa, serena, etc. Adjetivación que es asimismo característica modernista y que obedece también al estilo nominal de Machado: uso abundante de adjetivos y nombres y escasez de verbos.
     Los recursos estilísticos utilizados son numerosos, como corresponde también a los textos modernistas, en los que se busca especialmente la belleza formal, aunque como podemos apreciar aquí, a Machado no le interesa sólo la forma, sino que le importa más expresar sus sentimientos, respondiendo así a un modernismo más intimista.
     Entre las figuras utilizadas destacamos:
     La personificación de la fuente: dialoga con él; tiene lengua (“fuente de lengua encantada”); su copla es riente,  es tratada como hermana, tratamiento que está indicando una familiaridad entre ellos.
     Las metáforas: “la sonora /copla borbollante del agua cantora” = el ruido del agua. “Mi cristal” = agua. “Del rubio color de la llama,/ el fruto maduro pendía en la rama”= los limones amarillos. “Yo sé que tu claro cristal de alegría/ ya supo del árbol la fruta bermeja”= la fuente ya ha saboreado los limones que se han caído a su fondo al madurar; la fuente ha realizado su sueño, conseguir que los limones no sólo estén reflejados en sus aguas, sino que estén en ellas. Machado, sin embargo, no ha conseguido el suyo, cualquiera que fuese, posiblemente alguna historia amorosa:“La sed que ahora tienen, entonces tenían”.
     La aliteración que se produce en los versos “Rechinó en la vieja cancela mi llave; con agrio ruido abriose la puerta/ de hierro mohoso y, al cerrarse, grave/ golpeó el silencio de la tarde muerta”. Aliteración de los fonemas /r/, /r/, /o/, lo que contribuye al  efecto del ruido del que se está hablando.
     En la copla borbollante tenemos una onomatopeya, es decir, la palabra reproduce el sonido del agua. Tanto la aliteración como la onomatopeya contribuyen a la musicalidad, también característica modernista. Lo mismo sucede con las anáforas  (“Fue una clara tarde, fue una tarde lenta, fue esta misma tarde, fue una clara tarde”; “yo sé que tu claro, yo sé que tus bellos, yo no sé”) y con la anadiplosis : “y en la clara tarde dijeron tu pena/ dijeron tu pena…”
      Otra de las figuras más representativas del Modernismo, la sinestesia, la encontramos también  aquí : “con agrio ruido”
     Paralelismos o quiasmos: un sueño lejano mi canto presente; fue una tarde lenta del lento verano; los mirtos talares, / que ves, sombreaban los claros cantares/ que escuchas”;  “fuente de lengua encantada/ leyendas de antigua alegría”; “fuente sonora/ del parque dormido eterna cantora”, etc. Estos paralelismos contribuyen, como ya hemos dicho antes, a imprimir un ritmo lento al poema.
     En resumen, el texto responde muy bien a las características modernistas propias de una primera etapa machadiana.








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