miércoles, 14 de noviembre de 2018

Comentario de "Donde habite el olvido", de Luis Cernuda




Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo solo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allá donde termine ese afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como canto de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.



 DONDE HABITE EL OLVIDO, de LUIS CERNUDA.


            RESUMEN
El poeta muestra su deseo de estar en un lugar similar a un cementerio, un lugar abandonado, sumido en la oscuridad y azotado por el viento. Allí no percibiría el dolor que causa el amor, no sufriría y se sentiría libre.
            TEMA: Deseo de anular el deseo.
            ORGANIZACIÓN DE IDEAS
            En cuanto al sentido el poema presenta una unidad, aunque se podrían matizar algunas ideas. En los ocho primeros versos se nos habla principalmente del lugar en que le gustaría estar. En los versos 9 al 15  se nos muestra la idea que el poeta tiene del amor como sufrimiento y entrega al otro. En los versos restantes (16-22) se nos habla del afán de liberación del yo poético.
Llama la atención la manera peculiar de exponer las ideas, ya que en todo el poema no encontramos la proposición principal, que se sobreentiende: Allí desearía estar el poeta, en ese lugar donde habite el olvido.
            COMENTARIO
            El poeta comienza expresando su deseo de estar allí donde habita el olvido; si existe un lugar físico en el que eso suceda, éste debe ser un cementerio, lugar en donde   sus moradores  no recuerdan nada; allí no hay amanecer posible (en los vastos jardines sin aurora), es decir, no hay esperanza. En dicho lugar él solo será un recuerdo de su existencia, su nombre quedará olvidado en una lápida sepultada entre ortigas; no habrá nadie que se encargue de cuidar su recuerdo; con ello el escritor nos está indicando la soledad que siente, no hay ninguna persona que lo quiera.
Sigue el poeta describiendo ese lugar en el que a él le gustaría estar y lo hace como un sitio desolado, azotado por el viento (el viento escapa a sus insomnios), seguramente sería él mismo quien escapara a sus preocupaciones si se encontrara allí.
El deseo tan fuerte que expresa el poeta de estar muerto para anular sus sentimientos continúa presente en los versos siguientes (donde mi nombre deje/  al cuerpo que designa en brazos de los siglos). Allí ya no existirá el deseo. Cernuda asocia el deseo, el amor, al dolor, como podemos apreciar aquí  y en los versos siguientes. El olvido sería la única forma posible de extirpar la pasión erótica, aunque sea a costa de sumirlo en la muerte, real o imaginada.
Ahora identifica al amor con un ángel terrible; las connotaciones positivas del amor  (el ángel es símbolo de ello) son contrarrestadas con el adjetivo “terrible”, por sus efectos. El ángel clava en el pecho del poeta su ala cual si fuera un puñal, mientras sonríe con gracia aérea (vuela); las consecuencias  son nefastas para el yo poético:“crece el tormento”.
El amor es afán, ansia de encontrar otro ser en el que poder reflejarnos (Sin más horizonte que otros ojos frente a frente), al que poder someternos (sometiendo a otra vida su vida), en el que poder contemplarnos sin otra preocupación (las penas y las dichas no existen, son solo nombres). El poeta tiene una imagen romántica del amor al que asocia con la libertad, ya que el amante se realiza mediante dicho sentimiento que da plenitud a su vida. Pero, al mismo tiempo, no puede dejar de pensar en su fin, en su ausencia; la falta de amor le lleva al olvido y el recuerdo del amor desaparece de la mente de los amantes, lo que traería consigo el descanso, el dejar de sufrir por el otro (Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo). Esto produciría en él un efecto de levedad e ingenuidad (disuelto en niebla, ausencia/ ausencia leve como carne de niño), de retorno al mundo feliz de la infancia. Sin embargo, sabemos que para Cernuda esa vida sin amor no tendría ningún sentido, sería una forma de muerte.
En resumen, el poema, y todo el libro, es un homenaje del autor a su paisano Bécquer, a quien siempre admiró, ya que nos remite a uno de sus versos; incluso “la piedra sepultada entre ortigas” recuerda inevitablemente “la piedra solitaria/sin inscripción alguna”, de la mencionada rima LXVI.
Por un lado, tradición; por otro, vanguardia, apreciable en algunas imágenes surrealistas como “en los vastos jardines sin aurora”, “…sobre la cual el viento escapa a sus insomnios”; o en alguna comparación como “ausencia leve como carne de niño”; y en el uso del verso libre. El ritmo del poema se consigue con el uso de las repeticiones anafóricas (donde y allá ),con los paralelismos (donde habite el olvido/ donde el deseo no exista; en los vastos jardines/ en esa gran región), con las antítesis ( el amor/ángel terrible; penas/dichas). La estructura circular con la que termina el poema nos produce un efecto de desolación.




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