martes, 27 de noviembre de 2018

Comentario del "Romance de la Guardia Civil", de Federico García Lorca





Los caballos negros son.
Las herraduras son negras.
Sobre las capas relucen
Manchas de tinta y de cera.
Tienen, por eso no lloran,
De plomo las calaveras.
Con el alma de charol
Vienen por la carretera.
Jorobados y nocturnos,
Por donde animan ordenan
Silencios de goma oscura
Y miedos de fina arena.
Pasan, si quieren pasar,
Y ocultan en la cabeza
Una vaga astronomía
de pistolas inconcretas.
         ***
¡Oh, ciudad de los gitanos!
En las esquinas, banderas.
La luna y la calabaza
Con las guindas en conserva.
¿oh, ciudad de los gitanos!
¡Quién te vio y no te recuerda?
Ciudad de dolor y almizcle,
Con las torres de canela.




ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL (Fragmento)

RESUMEN
El poeta contrapone dos mundos: el de la guardia civil y el de los gitanos. El primero simboliza la falta de sentimientos, el orden, la deshumanización e incluso la muerte. El mundo de los gitanos es asociado, sin embargo, con el vitalismo, el lirismo y el humanismo.
TEMA
Contraste entre dos mundos: el de la guardia civil y el de los gitanos.

ORGANIZACIÓN DE IDEAS
El poema se encuentra dividido en dos partes que responden a la disposición tipográfica que presenta, ambas  están separadas por asteriscos  y sus contenidos claramente diferenciados.
COMENTARIO
Como dice su título, estamos ante un romance (serie indeterminada de versos octosílabos que riman los pares en asonante y quedan sueltos los impares). En cuanto a la métrica,  Lorca está enlazando con la más pura tradición española, ya que dicha estrofa es una de las más populares en nuestra literatura.
Comienza Lorca presentándonos indirectamente a los protagonistas y lo hace a través de algunos de los elementos más representativos: los caballos y las capas, es decir, metonímicamente. Es fácil imaginar a la guardia civil a comienzos de siglo sobre sus caballos y con sus largos capotes. Mediante el paralelismo, aunque ligeramente alterado, de “los caballos negros son/ las herraduras son negras” el autor recalca la connotación negativa del adjetivo negro, lo hace para dar un aspecto más sombrío a la figura del guardia civil. El color negro vuelve a aparecer ahora sugerido por las manchas de tinta de las capas, manchas de tinta y de cera con las que seguramente el poeta haga alusión a las oficinas en las que tomaban declaración los guardias civiles.
La ausencia de sentimientos que caracteriza dicho mundo es palpable en los versos en que dice “Tienen, por eso no lloran,/ de plomo las calaveras”, en donde Lorca vuelve a usar la metonimia, el plomo de sus armas se ha trasladado a sus calaveras, término este último empleado por el poeta para indicarnos que son seres muertos y que llevan en su cerebro, en vez de sesos, plomo, es decir, muerte.
El negro sigue estando presente en el poema al aludir el autor al charol de su alma y a su actitud nocturna. El alma de charol sugiere un alma fría, sin sentimientos, –recordemos que el charol  es el material del que está hecha la prenda más representativa de la guardia civil, el tricornio-. Los dos adjetivos con que los califica (jorobados y nocturnos) nos producen una sensación de miedo, de personajes malvados que actúan por la noche.  Dicha sensación se ve corroborada por los versos siguientes en los que dice que imponen silencio de goma oscura, goma probablemente por los correajes que llevan  y miedos de fina arena, imagen vanguardista incapaz de  ser explicada lógicamente y que sugiere que el miedo se siente en todo nuestro cuerpo igual que la fina arena se nos mete dentro cuando sopla el viento.
La arbitrariedad con que se comporta la guardia civil es destacada con los versos siguientes en los que Lorca afirma que “pasan, si quieren pasar”. La sensación de miedo se acentúa con las pistolas inconcretas que ocultan en su cabeza y que podrían ser disparadas al azar. En estos versos está utilizando de nuevo metáforas vanguardistas con las que nos produce la sensación de que no tienen las ideas claras.

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