miércoles, 21 de noviembre de 2018

Comentario de "Te quiero", de Luis Cernuda






Te quiero.

Te lo he dicho con el viento.
Jugando como animalillo en la arena
O iracundo como órgano tempestuoso;

Te lo he dicho con el sol,
Que dora desnudos cuerpos juveniles
Y sonríe en todas las cosas inocentes;

Te lo he dicho con las nubes,
Frentes melancólicas que sostienen el cielo,
Tristezas fugitivas;

Te lo he dicho con las plantas,
Leves criaturas transparentes
Que se cubren de rubor repentino;

Te lo he dicho con el agua,
Vida luminosa que vela un fondo de sombra;

Te lo he dicho con el miedo,
Te lo he dicho con la alegría,
Con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
Más allá de la vida
Quiero decírtelo con la muerte;
Más allá del amor,
Quiero decírtelo con el olvido.





1.- RESUMEN.
El poeta quiere manifestar a su amado el gran amor que le profesa, amor que ya le ha manifestado mediante los elementos naturales e incluso mediante los propios sentimientos, pero esto no es suficiente para él y pretende decírselo incluso más allá de la vida, con la muerte o, con su equivalente, el olvido.

2.-  TEMA
 Amor más allá de la muerte.

 ORGANIZACIÓN DE IDEAS:

            Las ideas están organizadas de tal manera que podríamos dividir el poema en tres partes. La primera ocupa el primer verso y en ella aparecen los sentimientos del  poeta (el amor hacia alguien). La segunda ocupa las seis estrofas siguientes; todas ellas empiezan con una estructura anafórica y paralelística. En esta parte el autor expone cómo ha manifestado su sentimiento hacia la otra persona de distintas maneras. La tercera parte se corresponde con la última estrofa; la ruptura con lo anterior viene marcada por el nexo adversativo “pero”. Aquí está el tema fundamental de la composición: al poeta no le bastan la naturaleza ni los sentimientos ni las palabras para expresar ese amor, quiere ir más lejos, quiere demostrárselo con la muerte.

3.- COMENTARIO

El poema responde al contenido propio del género lírico (la manifestación de sentimientos), e incluso trata   uno de los temas más frecuentes en él: el  amor. Nos hace pensar en el quevediano “Cerrar podrá mis ojos…” por la similitud temática. Todo ello nos hace pensar que no es nada original, sin embargo, la originalidad de Cernuda reside en la manera tan sincera, tan sencilla al mismo tiempo de expresarnos la importancia que tiene para él dicho sentimiento, ya que para demostrárselo a su amado (de todos es conocida su homosexualidad) no le importaría llegar hasta la muerte.
Ya desde la primera estrofa Cernuda nos deja claros sus sentimientos y para que no quede ni la más mínima duda a ese sentimiento le dedica una  estrofa. Ese amor está manifestado de la forma más simple y repetida por todos los enamorados: te quiero. En las seis estrofas siguientes el autor nos va diciendo cómo ha manifestado su amor a través elementos de la naturaleza, de sentimientos e incluso a través de la palabra.
Comienza esta enumeración con el viento, elemento que se manifiesta de manera pacífica (jugueteando en la arena) o bien de manera brusca (iracundo como órgano tempestuoso). Continúa con el sol, elemento que evoca en el poeta los desnudos cuerpos juveniles tendidos en la playa (dora); al mismo tiempo asocia el poeta la juventud a la inocencia. En la siguiente estrofa se refiere el escritor a las nubes,  que connotan para él sentimientos de melancolía y tristeza. En estas tres estrofas los elementos que aparecen (viento, sol, nubes), tienen una clara relación entre sí: los tres forman parte de la naturaleza, los tres pertenecen al mundo de “arriba”.
En la quinta estrofa aparecen las plantas y en la sexta, el agua; ahora el poeta ha bajado la mirada a la tierra, la ha aproximado; en la penúltima aparecen los sentimientos, la aproximación es aún mayor.
La  última estrofa es la más larga. En ella está el tema de la composición, por eso a ella le dedica más versos. Todas esas maneras de demostrarle su amor al amado no son suficientes para el poeta, por ello quiere decírselo de una última forma, con la muerte, o lo que sería igual, con el olvido que es lo que hay más allá del amor. La vida sin amor es igual a la muerte.
El léxico utilizado es sencillo, no presenta ninguna dificultad . Sin embargo esa aparente sencillez  se complica con el uso de las figuras retóricas, especialmente de las metáforas, bastante frecuentes en el poema. Así a las nubes se las identifica con frentes melancólicas que sostienen el cielo (por encima de ellas está el cielo, por eso lo sostienen y, al mismo tiempo son frentes porque aquí supone el poeta que residen la tristeza y la melancolía); no hace falta explicar por qué son fugitivas. De las plantas dice que son leves criaturas trasparentes que se cubren de rubor repentino. Con los adjetivos leves y transparentes nos da la idea el escritor de que las plantas son algo delicado. El rubor repentino del que se cubren nos hace pensar en el rocío. Al agua la identifica con vida luminosa que vela un fondo de sombra. Podemos apreciar una metáfora tópica (el agua es vida) y al mismo tiempo una paradoja: vida luminosa / fondo de sombra. El agua es luminosa, clara, pero oculta lo que tiene en su interior.
Además de la metáfora, son frecuentes en el texto la anáfora y los paralelismos:
“Te lo he dicho con el viento, te lo he dicho con el sol, te lo he dicho con el miedo, te lo he dicho con la alegría…”( aquí además tenemos una antítesis para connotar totalidad).
“Más allá de la vida, más allá del amor”, “quiero decírtelo con la muerte, quiero decírtelo con el olvido”.
            En cuanto a la métrica  el poema responde a su época y a su generación. Cernuda no usa ninguna estrofa clásica, sino que está compuesto en versos libres (recordemos que la Generación del 27 supo conjugar lo tradicional con lo nuevo).
En resumen, el poeta de una manera directa y sencilla nos está descubriendo su corazón, sus sentimientos. Sentimientos que, como ya se ha dicho antes, son consustanciales al género lírico al que pertenece el texto.
            Pertenece el poema a su etapa de juventud (1929-1935).




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